Mi nombre es Carlos González Soffner y llevo en la Fundación Talento Matemático y Científico desde aproximadamente octubre de 2016.
Desde pequeño me han entusiasmado las matemáticas, pues nunca las llegué a considerar como una asignatura cualquiera, sino como una afición y, sobre todo, algo con lo que me gustaría estar muy relacionado profesionalmente en un futuro.
En septiembre de 2016 comencé a cursar 4º de la ESO con una nueva profesora de matemáticas, que aumentó aún más mi interés por la asignatura (el mío y el de muchos compañeros). Dado que no parecía satisfecho (según mi profesora) con la rapidez y el nivel con el que se enseñan las matemáticas, unos compañeros y yo decidimos presentarnos a las pruebas de Talento Computacional, donde quedé segundo.
Desde un primer momento, todos los encargados de dirigir el programa de Talento fueron muy amables conmigo, lo que verdaderamente sí que ayudó a integrarme bien. Al empezar las clases me agradó el ambiente de trabajo en equipo y, sobre todo, diversión que había en las clases. Sin embargo, al avanzar el curso, me di cuenta de que me interesaban más las matemáticas "teóricas" que todo lo relacionado con la programación o la robótica. Entonces me ofrecieron cambiar a Talento Matemático, lo cual acepté.
Las clases en Talento Matemático son justo como me gustaría que fuesen en los colegios: más importancia al planteamiento que a la solución. Me gusta resolver los problemas como lo hacemos en la Fundación, pensando distintas situaciones para encontrar un patrón y, al final, saber resolver ese tipo de problemas, independientemente de cómo varíen los datos pues, en verdad, lo más importante no es encontrar la solución, sino como se resuelve el problema. También se aprenden modelos matemáticos que no suelen ser enseñados hasta Bachillerato o a veces la universidad (según me han dicho), por lo que recomendaría la Fundación a todo aquel que se interese tanto como yo por las matemáticas.
Al igual que en Talento Computacional, en Talento Matemático todo el mundo ha sido amable, y como generalmente se trabaja en equipo, es fácil hacer amigos. La verdad es que es muy agradable estar junto a otras personas que comparten tus gustos, en este caso, el interés por las matemáticas.
En cuanto a actividades de motivación no he asistido a muchas, pero estoy deseoso de ir a Oxford. Espero verdaderamente poder hacer este viajecon los demás compañeros de la Fundación y, sobre todo, seguir aprendiendo.
